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------------------ fue organizada que deseaba explícitamente imitar la primera expedición egipcia napoleónica. La Comisión Artística, Literaria y Científica afirmaba que su objetivo era ‘estudiar los medios necesarios para explotar los recursos de este país [México] para activar su producción, aumentar su riqueza y su prosperidad’ (en Reissner 1988: 73). La arqueología se consideraba valiosa en este sentido, ya que se incluía, junto con la etnología y la lingüística, en una de las subdivisiones creadas en la comisión. Entre los logros de la comisión se cuentan importantes publicaciones sobre la arqueología maya, que, a pesar de los esfuerzos invertidos en su estudio, aún seguían siendo descritas como inferiores. El mejor arqueólogo de la comisión, Désiré de Charnay, explicaría años más tarde que ‘después de todo, no debemos engañarnos sobre la belleza y el verdadero mérito de las reliquias americanas. Son objetos arqueológicos, nada más… provocan sorpresa, más que admiración, todo está tan mal hecho’ (en Bernal 1980: 126). Además de Charnay, otros trabajos influyentes fueron publicados por el Abbé Brasseur, Edmond Guillemin Tarayre (Schávelzon 2003). También fue organizado un trabajo importante por una comisión científica mexicana paralela formada por reconocidos científicos de la época como el ingeniero Ramón Almaraz, Francisco Jiménez y el geógrafo y escritor Antonio García Cubas (1832–1912) quienes emprendieron importantes trabajos en el sitio de Teotihuacán. En la Exposición Internacional celebrada en París en 1867 se presentó un modelo a tamaño real de la pirámide de Xochicalco junto con dibujos de otros restos arqueológicos del sitio así como de Teotihuacán. También se incluyeron reproducciones de la estatua de Coatlicue y de la piedra del Calendario, y se modelaron figuras a partir de los grabados realizados por Charnay (ibid.). El interés francés en América continuó después del debacle mexicano de 1867, cuando el emperador favorecido por Francia fue depuesto y ejecutado por un pelotón de fusilamiento. El americanismo surgió del caos: la Société Américaine de France (Sociedad Americana de Francia) fue fundada en 1875 y el primer Congreso Internacional de Americanistas, celebrado en Nancy, fue organizado ese mismo año (Bernal 1980: 155).