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5 Imperialismo informal en Europa y el Imperio Otomano: La consolidación de las raíces míticas de Occidente ‘Colonialismo informal’ e ‘imperialismo informal’ son términos relativamente comunes en la literatura especializada. El término ‘colonialismo informal’ fue acuñado—o al menos sancionado—por C. R. Fay (1940: (vol. 2) 399) refiriéndose a una situación en la que una nación poderosa logra establecer un control dominante en un territorio sobre el cual no tiene soberanía. El término fue popularizado por los historiadores económicos John Gallagher y Ronald Robinson (1953), quienes lo aplicaron para estudiar la expansión imperial informal británica sobre porciones de África. La diferencia entre colonialismo informal y formal es fácil de establecer: en el primer caso, el control completo efectivo es inviable, principalmente debido a la imposibilidad de aplicar fuerza militar y política directa en países que, de hecho, son políticamente independientes. Tienen sus propias leyes, deciden cuándo y dónde abrir museos y cómo educar a sus propios ciudadanos. Sin embargo, para sobrevivir en el mundo internacional necesitan construir alianzas con las principales potencias, y eso tiene un precio. Muchos países en el mundo estaban en esta situación en las décadas medias y finales del siglo XIX: Europa mediterránea, el Imperio Otomano, Persia, y estados independientes en el Lejano Oriente y en Centro y Sudamérica. Una simple clasificación de países en poderes imperiales, imperios informales y colonias formales es, sin embargo, solo una herramienta analítica útil que muestra sus fallas con una mirada más cercana. Algunos de los que se incluyen como colonias informales en la Parte II de este libro eran imperios en sí mismos, como el Imperio Otomano y, desde los últimos años del siglo, Italia (La Rosa 1986), y por lo tanto tenían sus propias colonias informales y formales. La razón por la que han sido colocados juntos aquí es que en todos ellos había un reconocimiento de la necesidad de modernización siguiendo modelos dominados por Occidente. Todos tenían la presencia europea (septentrional) en sus tierras—al principio principalmente británica y francesa, seguida de alemanes e individuos de otros estados europeos, principalmente de otros imperios ya sea vivos como el de Austria-Hungría o en declive como Suecia y Dinamarca. Algunos de estos europeos eran